Se produjo como consecuencia del huracán Mitch, el 30 de
Octubre de 1998. Sus efecto fue agravado por la intensa desforestación y
ocupación urbana en laderas inestables.
El deslizamiento de El Berrinche, que destruyo el barrio del
mismo nombre y afecto parcialmente a otros, provoco el represamiento del río
Choluteca y, consecuentemente, la inundación destructiva de las zonas más bajas
de la ciudad, con un gran número de víctimas, tras cambiar el río su curso en
internarse en el interior de zonas urbanizadas. La corriente de lodo arrastro
gran cantidad de vegetación, vehículos y fragmentos de viviendas, alcanzo una
altura de varios metros sobre las calles, dañando infraestructuras básicas de
la ciudad.
En Tegucigalpa esas zonas de riesgo eran ya conocidas, y
existían algunos mapas de riesgo, Como antecedente, en 1958 un gran número de
casas fueron destruidas en las laderas situadas frente al cerro de El
Berrinche.
Las intensas lluvias asociadas al huracán Mitch en
Tegucigalpa han sido una verdadera prueba para la evaluación del comportamiento
del terreno y su susceptibilidad ante los deslizamientos, denotándose un claro
comportamiento diferencial de unas zonas a otras en función del tipo de
materiales geológicos presentes, quedando demostrado el control litológico de
los procesos de inestabilidad de ladera. De hecho los mayores deslizamientos
tuvieron lugar en materiales lutiticos y limoliticos con intercalaciones de
grauvacas y areniscas arcillosas del Grupo Valle de Ángeles, materiales muy
evolutivos frente a la meteorización, mientras que en el otro grupo litológico
que aflora en la zona, constituido por tobas volcánicas masivas (Grupo volcanoclástico
Padre Miguel), se produjeron algunos desprendimientos rocosos aislados.
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